Diciembre ha sido un tiempo de cierres. En cada paraje se organiza una muestra, un acto, una comida a la canasta para compartir en comunidad todo el trabajo realizado durante el año. Pudimos ver el despliegue de cada taller (Apicultura, Costura, Gastronomía, Informática, Peluquería, Manualidades, Mecánica de Moto, Telar), con su profe y participantes: lo más difícil de aprender en estos meses, lo más logrado, lo más desafiante. Esos cierres son una especie de balance, pues inevitablemente vemos el camino recorrido. Qué importante es reconocer lo que pudimos hacer, valorar los esfuerzos, rescatar los intentos reiterados, en lo personal, pero también en lo grupal. Eso es crucial en nuestros espacios: la dimensión comunitaria, el trabajo en equipo, la construcción colectiva del conocimiento.
La Asociación Civil Monte Adentro ganó el premio «Constructores de la Sociedad José Luis Meana 2024», que organiza todos los años la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz de Resistencia. Fuimos a recibirlo a la capital chaqueña con Antonia, Moni y su hija Maru, las jóvenes Anto y Maga, Ramona con sus mellis de 7 años y otra hija de 10, Maca con su hermana y su sobrino Gael, y Juano. En ese viaje pudimos tomar un helado, escuchar a un coro practicar para su concierto, ir a los videojuegos. Antonia y Ramona, mujeres grandes, se divirtieron compitiendo en una carrera de autos, las mellis pidieron un conito de helado, todas escucharon del coro canciones emocionantes, de este tiempo navideño.
El premio José Luis Meana busca resaltar valores y fomentar buenos ejemplos que actúen como impulsores de cambios sociales. Este año, se distinguió a personas e instituciones que se destacan por su compromiso con la educación como medio de superación individual y comunitaria. El grupo de mujeres con el que fuimos representaba a todas las personas de los parajes que acompañamos desde Monte Adentro. Ese premio es suyo porque son quienes se superan, quienes participan de los espacios que ofrecemos -idealmente a partir de sus necesidades-, quienes construyen un mundo más equitativo y humano porque con sus vidas humanizan las de quienes somos testigos de la simpleza, la mirada noble, la alegría que no precisa bienes materiales.