
Lunes 13 de Noviembre de 2023 – Actualizada a las: 22:11hs. del 13-11-2023
«Mi mamá es una sobreviviente del terrorismo de Estado. La secuestraron con 16 años y cumplió 17 en el campo de concentración. Fue brutalmente apagada todo el tiempo que estuvo ahí. La torturaron con cadenas en manos, pies y ojos vendados», contó a Sudamericana.
Ana Fernández Careaga, conocida cariñosamente como Anita, relató su historia con una valentía que desafía el olvido de uno de los capítulos más oscuros de Argentina. Su testimonio es un recordatorio de la oscura realidad que vivió su madre, Ana María Careaga, secuestrada mientras estaba embarazada de ella, y de su abuela, Esther Ballestrino de Careaga, una Madre de Plaza de Mayo.
El relato de Anita detalló cómo su madre, apenas una adolescente, sufrió torturas inhumanas durante su cautiverio. A pesar de las circunstancias devastadoras, Ana María Careaga logró sobrevivir y traer al mundo a su hija en Suecia, escapando del horror del régimen militar argentino.
«Mi abuela, Esther Ballestrino de Careaga, fue secuestrada junto con otras dos madres más y dos monjas francesas en la ESMA. Las arrojaron con vida en los vuelos de la muerte. Es parte de una historia que no se puede negar».
La historia de su abuela refleja la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, mujeres valientes que buscaron incansablemente a sus hijos e hijas desaparecidos, desafiando al mismo tiempo un contexto de represión y temor.
«La negación de la historia y la reivindicación de prácticas antidemocráticas duele. Están amenazando a una parte de la población que no comparte sus ideas, y eso no es aceptable».
Destacó que las declaraciones que niegan los crímenes de lesa humanidad no solo representan un acto de negacionismo, sino que van más allá al reivindicar el Terrorismo de Estado. Su preocupación no se limita a la omisión de hechos históricos, sino que se extiende al peligro de glorificar prácticas represivas.
Para ella, estas posturas no solo constituyen una negación de la realidad vivida por miles de argentinos, sino que también representan un riesgo para la democracia. Esta dicotomía entre democracia y neofascismo resuena en su discurso como una advertencia sobre la fragilidad de las libertades democráticas en un entorno político que intenta normalizar o justificar prácticas que van en contra de los valores fundamentales de una sociedad democrática.
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Las preocupaciones de Ana se centraron en las posturas políticas que parecen ignorar y negar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Ella clama por la defensa de la democracia y la oposición a cualquier forma de neofascismo, subrayando la importancia de proteger los derechos básicos de todos los argentinos.
«En un país que ha luchado por 40 años para consolidar la democracia, no podemos permitir un retroceso hacia prácticas autoritarias. El 19 de noviembre es un recordatorio de la importancia de defender la democracia y los derechos humanos», expresó.
#### Radio Sudamericana####