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ARGENTINA VOTA: Balotaje: mitos y falacias del análisis político y electoral 2023

Sábado 11 de Noviembre de 2023 – Actualizada a las: 11:27hs. del 12-11-2023

El análisis político, como cualquier otro campo de estudio, no está exento de caer en «extravíos». Estos extravíos pueden manifestarse a través de una propensión a emitir juicios sin un pensamiento crítico sólido, minimizar evidencias, exagerar lo injustificado o el abuso de lugares comunes como herramientas de análisis. En el contexto de las elecciones de 2023, hemos sido testigos de afirmaciones categóricas que declaran que «la gente está muy enojada y, por lo tanto, no votará o lo hará impulsada por la ira, o que el voto en blanco beneficia al ganador, etc.»

En este informe, intentaremos desmitificar algunas de estas afirmaciones y falacias que se han propagado en el análisis político. Lo que buscamos no es negar los desafíos reales que enfrenta nuestro país, sino más bien promover un enfoque más reflexivo en lugar de emitir juicios apresurados. La intención es invitar a pensar en lugar de condenar.

El mito de la «gente enojada» y la participación electoral

Uno de los mitos más difundidos durante las elecciones de 2023 fue la idea de que la gente estaba tan enojada que no votaría o lo haría en blanco. Esta narrativa se basaba en la suposición de que una baja participación electoral sería un reflejo del enojo generalizado de la población. Sin embargo, al examinar los datos de participación electoral en las elecciones primarias (PASO) y las generales, encontramos que esta retórica no se sostenía.

El análisis político tendía a enfocarse en el porcentaje de personas que no habían votado y acentuaba su importancia, sin tener en cuenta que la participación electoral rara vez alcanza el 100%. Este enfoque exagerado llevaba a una narrativa distorsionada, haciendo que la parte llena del vaso pareciera más vacía de lo que realmente estaba.

Los sentimientos de la ciudadanía

Otro mito común se centraba en los supuestos sentimientos de la ciudadanía hacia la situación política, social y electoral del país. La idea de que la gente estaba abrumadoramente enojada y que esta emoción se traduciría en un voto en blanco o una participación apática en las elecciones era ampliamente difundida.

Sin embargo, al analizar encuestas y respuestas de los votantes, encontramos que la realidad era mucho más matizada. Los sentimientos de esperanza prevalecían sobre los sentimientos negativos como la bronca, la impotencia, la angustia, el miedo y la desesperación. Esto sugería que la población no estaba tan uniformemente enojada como se afirmaba en el análisis político.

El mito del voto en blanco

Otro mito común giraba en torno al voto en blanco y su supuesto impacto en las elecciones. Se sostenía que el voto en blanco favorecería al candidato que iba ganando o que ganaría. La lógica detrás de este mito era que quienes votaban en blanco lo hacían debido a su purismo y, al no decidirse por ningún candidato, indirectamente favorecían al líder.

Sin embargo, este razonamiento no se sostenía. Las personas que votan en blanco lo hacen porque no pueden decidirse entre las opciones disponibles, no porque prefieran activamente a un candidato por encima de otro. El voto en blanco es una manifestación de la falta de preferencia, no de apoyo a un candidato específico.

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El análisis político a menudo se ve afectado por mitos y falacias que simplifican en exceso la complejidad de la realidad política. Es importante recordar que la opinión pública es variada y no puede reducirse a una emoción o tendencia única. Promover un análisis más matizado y reflexivo es esencial para comprender adecuadamente el contexto político y electoral de un país. En lugar de caer en la trampa de los mitos, debemos abrazar la complejidad y la diversidad de opiniones y emociones que caracterizan a la sociedad.

#### Radio Sudamericana####

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