En medio de un clima de algarabía se vivió la misión urbana de Navidad en el centro de Córdoba entre el 19 y el 21 de diciembre pasado.
Animada por los agentes pastorales de las comunidades parroquiales y la presencia de jóvenes del Hogar de Cristo de barrio comercial, las calles se tiñeron de alegría euforia recibiendo como respuesta lágrimas emocionadas y bendiciones repartidas por doquier.
No faltaron quienes se sorprendieron ante este gesto olvidando que es propio de la Navidad salir a anunciar.
Un signo fuerte de una iglesia viva que salió al encuentro y a descubrirse hermanada.
La misión concluiría no así el espíritu misionero que ya se apresta a nuevas formas originales de hacerse presente.