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25. La trama más que el desenlace

(por Ale Gómez Brua)

Esta semana en Monte Adentro tuvimos la visita de Giselle, una diseñadora oriunda de Venado Tuerto, Santa Fe. Con ella recorrimos durante estos días los talleres de costura que tenemos, donde las mujeres aprenden el oficio y, además, en varios casos, confeccionan productos para la venta.

Por lo general, ocurre que en los talleres las personas descubren que pueden lograr algo antes impensado. Y eso volvió a ocurrir durante esta semana. Las costureras aprendieron como fabricar productos como materas, bolsos, yerberos, pilusos y mochilas. Su alegría o sorpresa al ver los resultados finales era algo bellísimo de contemplar. Fue emocionante escucharlas decir: “esto lo podemos hacer acá”, con asombro y entusiasmo.

Ale, por ejemplo, de Quemadito Chico, ya sabía coser pero esta vez aprendió como hacerlo en una máquina industrial y se animó a fabricar unos bolsos con fuelle geniales. Ella tiene muy buen ojo para armar gamas de colores muy bonitas. Personas como ella me llevan siempre a recordar que en esta tierra no solo abunda la naturaleza, tan vasta y generosa, sino también el talento en su gente.

¿Se imaginan una diseñadora del monte? Que pueda combinar en sus creaciones los detalles de las hojas de los árboles, las texturas de sus cortezas o que distinga entre cientos de verdes. Alguien que transmita la serenidad de los tiempos rurales y la fragilidad del bosque, que tanto nos cuida. Cuando se cree en la potencia de los demás emergen posibilidades impensadas.


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