Hace dos semanas reabrió la panadería en Boquerón. Un emprendimiento que impulsamos desde Monte Adentro, en el que hoy participan 6 mujeres de ese paraje. En la cocina del centro comunitario (donde vivo de lunes a viernes) se juntan a amasar y hornear. Mezclando ingredientes, buscando leña, encendiendo el fuego, mirando que no se queme el pan o las facturas… así se pasa el tiempo, entre mates y risas. Realmente, así como un poquito de levadura fermenta toda la masa, un objetivo en común genera un compartir que nos hace bien. A simple vista, puede parecer simple, pero es un desafío acompañarlas en esta primera etapa: definir productos, precios, horarios, cómo registrar ventas e ingredientes usados, cuánto cocinar según la demanda y tantas cosas que van surgiendo a medida que van pasando los días. En un contexto en que la mujer suele dedicarse a las tareas de la casa (que muchas veces incluye labores del campo), es una buena noticia que pueda salir de su rutina, prestar un servicio a la comunidad y, a la vez, obtener un beneficio económico y un aporte a su amor propio (al compartir el don de la buena cocina y recibir elogios de lo rico que sale).
El viernes visitamos con Belu y Nati tres casas en las que en octubre se construirán cisternas. Fuimos con Hernán, uno de los muchachos que anualmente trabaja en eso, que indicó a las familias el lugar óptimo y las instrucciones iniciales. Cada hogar debe poner la mano de obra, para cavar 1,40 m antes de que lleguen los materiales y para acompañar al grupo de Hernán en el final de la construcción. Hasta el presente, estas personas buscan agua en bidones, a veces en algún carrito que pueda transportarlos. Es, por ejemplo, el caso de Silvia, del paraje La Gloria, a quien un vecino le comparte el agua de su pozo. Ella, su marido y su hijo de 14 años hacen 1200 m diarios para tener acceso al agua. Me sigue sorprendiendo lo insólito (lo injusto, lo inaceptable) de esta situación que se repite en muchos hogares.
Pero también me alegra ser puente para que eso cambie. Como Monte Adentro, hay tantos espacios, movimientos, fundaciones, grupos de personas que ven las necesidades de otras y reaccionan en pos de eso. Es una buena noticia la gente que mira, que acompaña, que escucha. Es una buena noticia la gente que busca la justicia, que se arremanga para ayudar a otra.
“‘Dios ha visitado a su pueblo de una manera excepcional’. Los pequeños, los despreciados, los pobres
tienen un especial olfato para percibir esto. Es verdad que en el mundo sigue siendo invierno,
pero la primavera ha estallado ya en el corazón de los pobres”,
El Reino escondido, Éloi Lecrec
